Sobre las realidades integradas

En un grupo cualquiera de personas, sin que necesariamente deban ser un equipo como tal, de forma natural se generan realidades compartidas entre dos o más miembros del equipo. No pierda de vista que el que exista coincidencia en la construcción no implica necesariamente que es una representación real de lo que ocurre.
Estas realidades compartidas en el día a día pueden arraigarse en el grupo y convertirse a manera de creencias que formarán parte de la cultura del equipo y como se mencionó en los bloques anteriores de la matriz de influencia desde la que se construirán nuevas representaciones de la realidad. Hablamos entonces de realidades integradas que son del grupo, pero influirán de forma directa en la cognición y comportamiento de cada miembro en lo individual.
Imagine por ejemplo que algunas personas del grupo comienzan a identificar a un jefe que muestra un comportamiento serio y orientado a objetivos como intolerante porque ha negado algunos permisos que él consideraba excesivos. Estamos ante una construcción del líder, y una coincidencia en las realidades construidas de algunos miembros del equipo. Esta coincidencia es tierra fértil para de forma natural generar realidades compartidas que pueden contagiar a los demás miembros del equipo e integrarse como una creencia común al grupo.
Desde la realidad del líder, él está poniendo límites sanos y que van a tener un impacto positivo en el rendimiento y resultados. Para el grupo y considerando el efecto “bola de nieve” el jefe es un explotador, un tirano y un “negrero” que no escucha a su gente. Ambas representaciones, diferentes en el fondo, llevan algo de verdad y mucho de construcción. Será un hecho que influirán en la dinámica del grupo y no siempre de forma positiva.
Puede esperarse sin ser una regla que estas realidades integradas se incorporen en los nuevos integrantes del grupo. Es desde ellas que una persona podría tener un comportamiento en el grupo que sería difícil ver en él de forma individual. Un individuo podría en una marcha lanzar una piedra al ventanal de un banco cobijado por el grupo, lo que jamás haría si estuviera solo. (Freud, S. (1921))
En la dinámica del día a día, es común que estas realidades integradas se descuiden o se de por hecho que todos entendemos lo mismo y desde nuestra percepción de sentido común.